Después de 30 años en contacto directo con agricultores especialmente de sectores rurales apartados, en las comunas de Bulnes, San Ignacio y El Carmen, soy testigo de la importancia que tiene el Estado en sus políticas públicas hacia estos sectores. El pavimento o mejoramiento de caminos, instalación y mantencion de postas, escuelas, incentivo al fomento al riego, asistencia a los pequeños agricultores, entre otros , han permitido a la gente de estos sectores un mejor vivir manteniendo sus tradiciones, siempre con lideres esforzados que son dignos de aplausos.
Con pequeños agricultores, comentábamos la importancia de tener buenos caminos. No hace mucho tiempo, en estos sectores todos se trasladaban en carretelas o montados a caballo, hoy se transportan en vehículos, salvo algunas excepciones. Antes, los profesores y alumnos debían caminar kilómetros soportando lluvia y frío sobre barro y polvo, hoy cuentan con excelentes minibuses escolares que los trasladan desde la puerta de sus casas hasta las escuelas. Antes, debían ir a hospitales en cabeceras comunales, hoy se cuenta con postas cercanas, incluso con vacunas anticovid, con el mismo estándar grandes ciudades.
El consumo de agua era a través de pozos individuales de dudosa calidad, hoy se cuenta con agua potable rural con organizadas directivas que velan por las buen calidad y la salud de las personas. Atrás quedaron los chonchones y velas para alumbrarse, hoy la gran mayoría cuenta con energía y artefactos eléctricos en sus casas las oportunidades de trabajo son variadas gracias a loa emprendimientos y la diversidad de cultivos que requieren masiva mano de obra.
Un ejemplo destacado del buen aprovechamiento de las esfuerzos estatales y privados son los pequeños y medianos agricultores de Yungay, Pemuco, el Carmen, San Ignacio y Bulnes, que han recibido desde principios del año 2000 aguas desde el canal Laja-Diguillín. Gracias al riego han cambiado el paisaje de Chillan a Yungay: donde se veían cabras, ovejas y espinales, hoy existen pivotes que permiten regar rentables cultivos. Donde los municipios en algunos sectores debían llevar a cajas de alimentos y bienes básicos, hoy no es necesario por cuanto han logrado salir de la extrema pobreza y muchos transformados en emprendedores con cultivos en pequeñas superficies como la frutilla y la frambuesa, entre otros. Lo anterior motiva a insistir en regar a la brevedad las postergadas 8.000 hectáreas que representan los “Blancos” del proyecto.
Nada de todo esto seria posible sin el trabajo destacado y organizado de miles de funcionarios publicos de los diversos ministerios y municipos, que dia a dia realizan un trabajo invaluable en forma compometida y silenciosa en estos sectores apartados.
Esperemos que los cambio que muchos seamos continúen y se refuercen en este sentido, por el bien de miles de familias campesinas que hacen de la agricultura su forma de vida, produciendo nada mas y nada menos que el precio alimento que consumimos diariamente y que estimo es un deber proteger
Juan Francisco Saldías M.
Juez de Aguas Junta de Vigilancia del río Diguillín
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